Personas decentes, es precisamente eso, una galería de la lucha que algunas personas en Cuba en dos épocas históricas narradas en paralelo, tuvieron a pesar de las circunstancias que les rodeaban, por no dejar de ser decentes.
El ex policia Mario Conde y su alter ego de principios de siglo, el teniente Saborit, pelean contra los efectos que en a condición humana tienen los sistemas injustos y corruptos.
Maravilloso como a traves de tantas situaciones, una comida con auténticos amigos, un trago de ron, un poco de calor humano amigo, son valores atemporales a lo largo de la historia.
La prosa de Leonardo Padura siempre merece la pena y te deja una sensación agradable, de reconocer a las personas decentes.