En ALMIRANTE EN TIERRA, Patrick O'Brian, construye una de sus mejores novelas. No en cuanto a la narración de la acción bélica y la batallas navales, sino en cuanto a la descripción del momento social de la Inglaterra de principio del SXIX.
Los cambios que se avecinaban en la organización económica de la Inglaterra rural, su sistema social y sus costumbres y vicios. La violencia y la degradación, descritos a través de un combate de boxeo brutal son extraordinarios.
En cuanto a la jerarquía y el funcionario de la administración, en este caso naval, con su crueldad, su sumisión y su grandeza. Admira por su grado de especialización y meticulosidad.
Los protagonistas son todo un ejemplo de la practicidad británica, en sus relaciones; personales, económicas, amorosas. A veces parece que es imposible que se les escape un solo sentimiento de mas.
Aubrey como gran señor de un territorio y hombre de posición elevada, un ejemplo de la gloria inglesa, solo quiere que todo siga igual que siempre; "que no se produzcan cambios repentinos ni entusiastas".
La descripción de Aubrey, es brillantísima, protagoniza lo que ahora se llaman inteligencias múltiples, un genio dentro de un barco de guerra, una perfecta maquina engrasada para la guerra naval. Capaz de conocer todas aquellas materias, por difíciles que sean, como astronomía o trigonometría, que le sirviesen a sus fines. Y un perfecto tarugo en tierra.
Como de pequeño con Los Cinco, un tremendo placer de verano, con sus desayunos, comidas y cenas..
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